“Un grupo de versiones de los Beatles luchando contra la humanidad”. En un momento de la canción de Tórtel canta este verso. Es un mundo extraño, un mundo vírico en el que las grandes multinacionales ya están en el pelotón de salida para monitorizar nuestras vidas. Este confinamiento es un entrenamiento para lo que vendrá después. GPS’s actualizados, dispositivos móviles en 5G, reproducciones aleatorias con nuestros gustos codificados, nuestros cuerpos codificados por medidas de control fronterizo. La pandemia dirime sobre nuestros cuerpos. Los sanos, los que sí pertenecen a nuestro perímetro imaginario, y los cuerpos muertos de antemano, aquellos cuerpos que no tienen arreglo alguno porque no son controlados por tarjetas de crédito o por dispositivos de última generación.
Los cuerpos. Los cuerpos se mueven al ritmo del apocalipsis de un virus invisible que atomiza nuestra existencia. Escribe Mr. Perfumme en su excelente libro Transirak en su capítulo 15: “Qué difícil es para algunas personas imaginar cómo las recordará la gente cuando ya no esté aquí. Cuál será la huella que dejarán, qué forma tendrá”. Esta es una carta a una madre de una persona en transición, una persona que requiere un cuerpo apropiado. La música de Jorge Tórtel es la mutación de un cuerpo extraño. Cada paso que da necesita mutar en un cuerpo extraño, y eso es el signo de los tiempos. Vive en un Matrix del que no quiere salir.
Me dice Jorge que esta canción la hizo después de leer la novela Saber matar. Bonito título para una novela sin fin. Mr. Perfumme es el heterónimo de David Pascual Huertas, sito en Valencia, y autor de una novela cuya portada está ribeteada en rosa. Sale una mujer mayor sonriente abrazada a un oso polar. El autor asiste a la escena, pero no tiene rostro, solo silueta de torero. Y no, no busquen finales en sus novelas, porque el mejor final llegará cuando no sepamos inventarnos un final.
El tema vírico de Tórtel se titula “El Puño Invisible”, y me recuerda a héroes con superpoderes, a sesiones de sci-fi en cines de extrarradio en el que siempre hay parejas metiéndose mano en las últimas filas. Un mundo raro, un mundo vírico en el que creemos oír voces. Pero sólo oímos el “Resistiré” en los balcones. LA BANDA SONORA DEL MIEDO.
Me pongo el tema a toda pastilla porque quiero acallar los aplausos, y bailar en mi falcón que no tiene un final, tampoco un comienzo. Primero suenas percusiones exóticas, pero luego mucho bombo y bajos mullidos en los que te quedarías a vivir una temporada. Es house de Chicago, aquel que Mr. Fingers selló a fuego en nuestras neuronas (Can you feel it) pasado por el tamiz revisionista de los olvidados Deep Dish, pero también surcan ecos del Dean Blunt situacionista, ese ser extraño que condensa todo el soul en capsulas de pocos miligramos. Beats que guardan toda su belleza en su abstracción rítmica. Baile para apestados. Una huella que tendrá un color. El rosa.
Video por Marco Huertas
