Ruido de fondo presenta «Ensi-mis-ma-mient-to», exquisitez hipnagógica de Gonzalo Fuster que anuncia lo que será “Almacenero Marx”, su primer LP para Discos Belamarh bajo su propio nombre. Sin máscaras ni attrezzo, minimalismo y arrebato desde la voz borrosa de su casa, que él mismo nos presenta.
Hay cosas que tienden a encontrarse y que, por muy alejadas que estén, acaban cumpliendo su propósito. Cuando hace meses comencé a sentir la pulsión de hacer un disco instrumental con grabaciones casuales en casa, de crear un disco pequeño y totalmente sincero, tan real que ni hiciera falta mentir con las palabras, apareció Luis Moner regalándome el Neighborhoods de Ernest Hood. Al momento de escucharlo, todas las ideas que volaban por mi cabeza se dieron la mano y cayeron como lluvia. Comencé a grabar lo que conformaba mi música de fondo. Éste concepto, ese “de fondo” tan polisémico, fue lo que guiaría todo el proceso.
Mi objetivo ha sido desaparecer. No interpretar, simplemente Ser. Tras la experiencia anterior con El Ser Humano, donde reduje al máximo toda aspiración y minimicé el horizonte, cavar más dentro de mí era simplemente dejar hablar al ambiente, ni escribir textos ni cantarlos. ¿Por qué no expresarme sólo en ideas? ¿Por qué no dejar que los sonidos de fondo de mi casa: el café brotando, los niños jugando, mi mujer y yo follando, el ronroneo de los gatos y más sonidos reales fueran lo importante del disco?
El ambiente no miente, no matiza, es la realidad. Por mi parte solo lo acompañé con lo que se me ofrecía en casa: un piano, la batería de mi hijo, algún juguete, etc… Hasta el punto que el ruido de fondo no era el ambiente, por real, sino la instrumentación que fui componiendo pretendiendo darle mayor protagonismo.
No me he permitido ser sesudo con estas músicas, no he reparado en repetir ciertos sonidos ni regrabar partes, en primer lugar porque están realizadas principalmente para mí, y en segundo lugar porque, de puertas para fuera, lo que yo pueda componer y grabar es solo el más leve y fútil (de nuevo) ruido de fondo en vuestros quehaceres particulares. Sinceramente creo que la importancia de cualquier cosa es ínfima o nula, por algo un amigo me define como nihilista creativo.
