No cabe duda que, junto a los años veinte del siglo pasado, la década de los setenta fue la más brillante en lo que cine de terror se refiere. Precisamente, uno de los filmes más injustamente olvidados de aquella edad dorada fue “El Otro” (1972), brillante adaptación realizada por Robert Mulligan de la novela que hoy nos atañe.
Aquella película de atmósfera desasosegante (en la línea de obras tan características de aquellos años, como la fabulosa “El Seductor”, de Don Siegel) consiguió captar la esencia malsana del contraste surgido entre Niles y Holland, los dos niños gemelos protagonistas de la novela original, la primera escrita por el también actor Thomas Tryon.
Precisamente, uno de los aspectos que más sorprenden al leer “El Otro” es que se trata de un debut literario. Y es que, este best-seller de 1971, cumple su 50º aniversario tan lozano e intrigante como el primer día. Bueno, incluso más, debido a las odiosas comparaciones que puedan surgir entre épocas, como la actual. Y es que pocas novelas habrán captado el ADN del mal como esta intrigante incursión en un pueblo de la Nueva Inglaterra de 1935.
