Publicado originalmente en 2018, desde el mismo momento en que vio la luz, “Cenit” se convirtió en uno de esos milagros que vienen a demostrar por qué la generación formada por Conxita Herrero, María Ramos o Pepa Prieto Puy y ella misma, entre otras, es la llamada a marcar los designios de la evolución del cómic underground nacional en los próximos años. No en vano, lo que tenemos aquí es nada menos que una indagación altamente turbia acerca del poder de los sueños. En este caso, por medio de dos personajes cuya día a día se basa en encuentros tras experiencias oníricas, de las que se extrae el loop argumental de estas viñetas: no poder distinguir entre sueño y realidad. Los estragos vitales del sonambulismo cobran forma total en esta exposición inquietante del cara a cara entre dos protagonistas que, asimismo, parecen vivir dentro de un sueño aún mayor.
La concepción surrealista prende dentro del tono general adoptado para una sucesión de viñetas en las que el trazo del lápiz y los colores parecen diluirse en la misma duermevela en la que reposan los colores y tonos que conforman tan cubista radiografía laberíntica de los enunciados de alcoba que reposan en nuestro subconsciente, y que no solo remiten a los dibujos de Moebius sino más a las pinturas de De Chirico. Formas sin formas cerradas, delineadas con la misma subjetividad proveniente del reino de los sueños, que María ha plasmado por medio de una explosión artística sin cotos con la libertad poética que ofrece una materia prima como la abordada, que ella ha rentabilizado en una muestra sin igual del sentimiento de vacío y la exposición de la duda ante lo que es real y lo que no.
