Marcos Gendre analiza a bulliciosa e heterodoxa escena sonora de Moscova, quizais a máis descoñecida das grandes capitais europeas.
RENACEMENTO POST- SOVIET
Como en (case) toda mocidade occidental azuzada baixo unha situación deprimente, as sinerxias creativas adoitan florecer por pura inercia. Así foi na Gran Bretaña de Thatcher ou na Alemaña kraut. Casos como estes non son nada illados. Con todo, desde o asentamento brutal de era de internet, as vías comunicativas víronse igualadas por unha linguaxe global. Unha onde as escenas musicais son cada vez máis concretas aínda que desprovistas dunha voz orixinal. Rarezas como o grime londiniense manteñen a esperanza de poder vivir como xorde unha cultura desde a confusión entre músico e oínte. Dita retroalimentación é a mesma que, desde a outra punta de Europa, floreceu desde fai tres anos en Moscova.
REINVENTANDO A NOITE RUSA
Nunha megalópolis tan ancorada á súa orixe comunista, a necesidade de renacer musicalmente partiu “despois da crise provocada pola situación en Crimea. Todos deixaron de ir ao estranxeiro e quedaron illados cos demos locais e a cultura local. A xente deixou de ser esnob respecto diso e comezou a pensar, que podemos facer aquí e agora? Talvez non vaiamos a Berlín, talvez poderiamos vivir unha vida divertida aquí”. Esta afirmación provén de Yuri Katowskey, unha das cabezas visibles de Russki Attrakcion, colectivo integrado por deseñadores, músicos e produtores.
Do mesmo xeito que as “warehouse parties” de Manchester na segunda metade dos 80, a maneira de reinventar a noite moscovita parte de contornas urbanas que devolven o latexado á rúa. Bass music, jungle, punk, hip hop, avant-garde son os ingredientes sónicos dunha receita que non rexeita abrirse a Europa, pero sen facer demasiadas concesións. Tal é o caso dunha proposta como Geju, house expresionista de pouso downtempo que contén esa alegría apesadumbrada tan típica da electrónica picada desde as salas de Moscova. Así é no gastro-pub Leveldva, un emprazamento onde se pode escoitar a incesante reinvención dance desta escena emerxente. Unha das cabezas máis visibles deste local é o dj Andrey Filonov, autor dun memorable uso da vía house. Xa sexa desde un enfoque máis minimalista ou outro máis rico en detalles, os seus coñecementos enciclopédicos da liturxia dance derivan en sesións onde deep house, tecno, microhouse e bass music entrecrúzanse con abraiante naturalidade.
Pero onde, en verdade, pódense vivir os trazos máis orixinais da noite rusa é en citas como os desfiles de moda Darkdron, levados a cabo en bunkers de guerra. Na devandita pasarela, máis próxima a unha versión tecno-punk de Caravaggio ou a estética dos cómics de Ranxerox, o background musical emerxe a través dunha simbiose entre dark ambient e un hip-hop moi próximo aos primeiros Clouddead, alimentada por un inquietante fornecido de berros sampleados. Entre os participantes a estas sesións atópase Zhenya Bazarov, líder da banda punk Ekaterina, habituais na transformación de Darkdron en Russki Attrakcion.
RUSSKI ATTRAKCION: LO VIEJO Y LO NUEVO
La primera fiesta correspondiente al rebautizo tuvo lugar el 1 de mayo de 2016. El lugar escogido fue lo que se conoce como una ryumochnaya: el típico bar situado en un suburbio urbano de inconfundible estética comunista. Vodka y bass music, estos son los dos ingredientes esenciales dentro de esta colisión entre tradición y el sonido industrial de la ciudad. Lo viejo y lo nuevo. Fue como si hubieran vampirizado la escena techno berlinesa de los años 80 y 90 y la hubieran reinventado dentro de una estética y valores arraigados a la vida moscovita.
LA FIESTA ITINERANTE
Ya sea en mansiones en decadencia, piscinas gigantes o a pie de calle, Russki Attrackion se hace visible por medio de una capacidad innata para adaptarse al medio que sea. Su forma de actuación no entra dentro del circuito habitual de salas; es algo casual, espontáneo. La creatividad explota a través del contacto directo con la noche. Las horas vuelan bajo la comunión entre breakbeats, crujidos de caderas y un ansia vital: agitar la tradición con alma punk y formas dance. Un estilo de vida documentado por un renacer artístico más cercano al espíritu de los sound systems jamaicanos de los años 60 que cualquier otra música occidental de estas últimas décadas.
Los soundclouds dedicados al crew Russki Attrackcion se alimentan de un surtido bizarro de dubstep industrial, hip-hop en slow-motion o incluso pop hipnagógico. Canales desde los que han tomado protagonismo figuras como el rapero y productor Antoha MC y el bizarro DJ Drug Molodhezhi, voces centrales dentro de este colectivo. Aparte de ellos, no hay que perder la pista a otros, como los veteranos e inclasificables Grazhdanskaya Oborona y Delta Arthur, un todoterreno que ha hecho del trap un catalizador de los extremos indies y experimentales. Algo así como si Emilio José hubiera nacido en un villorrio soviético.
DE MOSCÚ A NUEVA YORK
Dentro de una perspectiva minimal, y totalmente rusa del hip-hop, Krovstok es una de las formaciones que más han influenciado en la oscura abstracción arty que caracteriza a Russki Attrackcion. Desde otra orilla más experimental, destaca Vtgnike, una propuesta avant-garde de poso industrial y ambient que debería traspasar fronteras ya.
Desde que Russki Attrackcion fue creado por Margarita Zubatova y Katowskey a finales de 2015, el elenco de participantes no ha dejado de crecer. En su modelo de acción, la moda y la música nacen al unísono. Zubatova es una estilista, mientras que Katowskey es la mente detrás de Drug Mo, la vía musical: “No nos comprometemos con la música. Moscú tiene mucho que ver con la música tecno en este momento, aunque a nosotros no nos toca la fibra sensible. Lo que tocamos es una mezcla extraña de bass music, hip hop, ritmos brasileños, punk ruso y jungle. La gente se vuelve loca”. La originalidad de la propuesta radica en una máxima: armar toda influencia externa bajo un orgullo de pertenencia post-soviet. El despliegue tiene conexión directa con las dinámicas underground de los años 80, que ha desembocado en un interés de puertas hacia fuera. Como en Nueva York, donde la estación de radio underground Know Wave ha comenzado a hacer visible las tracks de Russki Attrackcion.
DE GLINTSHAKE A NV, EL ROSTRO DEL CAMBIO
Más allá de este colectivo, Ekaterina Shilonosova es el exponente más evocador de la riqueza musical surgida en Moscú en estos últimos años. En su cuaderno de bitácora no hay problema en compaginar ser la cabeza pensante de Glintshake -quizá la muestra más cercana al post-punk espíritu original- o pertenecer al Moscow Scratch Orchestra, una comunidad de músicos experimentales enfocados en las teorías de la improvisación del compositor inglés Cornelius Cardew.
En un plano más expresivo, las dotes actorales de Shilonosova, tanto en sus directos como en los videoclips, son el ejemplo más rotundo de un carisma que parece haber sido cincelado con la gracia y espontaneidad de los 80. Su poder de empatía está encaminado hacia un objetivo parejo al de Russki Attrackcion: romper con el clásico aislamiento del urbanita ruso.
NV, CHILLWAVE SOBRE RUEDAS
La soledad en masa tan propia de las gentes de Moscú se reproduce perfectamente en los trenes, un lugar idílico para Shilonosova, que reinventa bajo el poder integrador de su música. “Me encanta el transporte público, como el tren, debido al ritmo que marcan las ruedas. En condiciones de clima frío, los rieles del tranvía se colocan con pequeños espacios entre ellos, y esos huecos crean este toque sonoro especial, como una pista tecno sin fin”. Así se da en “Kata”, cuyo vídeo muestra a Shilonosova ofreciendo una actuación improvisada en un tren de cercanías. Dicho tema pertenece a NV, su proyecto de pop electrónico. Con esta deriva, Shilonosova da pleno sentido a sus palabras a la hora de definirse: “una chica de Kazan”. A partir de NV, y su brillante LP “Binasu”, publicado a finales de 2016, Shilonosova empuja la cultura rusa hacia su extremo asiático.
El gusto de Shilonosova por canalizar el lado oriental de su ADN redunda en una construcción sonora que recuerda a una ciudad pop nipona de corte futurista. Un ideal trazado en base a la confusión entre herramientas clásicas, técnicas atonales y un gran despliegue digital. Ya sea desde instrumentos habituales o su uso pictórico del Ableton, Shilonosova es la materialización de todo un sentir que pone cara a la creciente extensión comunal de Russki Attrackcion.
DE KEDR LIVANSKLY A SYNTHETIC RECORDS, NOSTALGIA CHILLWAVE