En tiempos de consumo cultural a cámara rápida, tuvo que retornar Emilio José para mofarse de todo.
Después de seis años de espera tras la publicación del sorprendente Chorando Se aprende (2009), pocos recordaban a Emilio José. Pero sus hazañas con su primer álbum en solitario estaban aún muy presentes para todos los que soñamos con expandir el campo de batalla de su incontinencia creativa. Así fue cuando salió a la luz Agricultura livre, cuatro horas de macedonia musical al cubo, donde, bajo un hilo subyacente general de la saudade gallega, salen pertinentes chisporroteos de hip hop, jazz, samba, grime atlántico, bossa nueva, funk, sunshine pop, cumbia o ambient. No hay filtros de acción en el brainstorming invocado por este amante de las distancias discográficas maratonianas, gusto totalmente corroborado en posteriores tour de fuerce como las mixtapes Nativos Digitais (2017) y Viaxar Agadê (2017).
Lo que podría traducirse por una sensación de irregularidad perfectamente comprensible, desaparece al instante después de escuchar el primer acto de este mega elepé, publicado en el bandcamp de Foehn Records el 6 de noviembre de 2015. Entre estas primeras diecisiete canciones, emerge la certeza de que estamos ante una reconcepción de lo que se entiende como «ópera egipcia». Emilio José se apropió de esta tradición flamenca, la descontextualizó dentro de la semántica gallega y la cambió desde el mismo título de su mamut de tres cabezas, Agricultura Livre ( Foehn, 2015), con una fuerte sensación de cercanías con la sensibilidad pescadilla. Como él mismo contó en 2016 al periodista Carles Novellas para Rockdelux:
Gústame moito a música de Brasil, pero creo que non é tan importante como parece no que fago. Tampouco me preocupa, eh? Como podería molestarme? Ben mirado quizais sexa moi importante para min. De feito, quizais Elis Regina sexa o único nome claro que tiven na miña cabeza durante todo o tempo que estiven lonxe da música doutros. Aínda que, como no caso de D´Angelo, non se pode dicir que fora unha influencia, porque Elis Regina cantaba dun xeito no que nin D´Angelo pode soñar. Entón, imaxínate eu!
